La dieta consiste en un tiempo de retiro en la selva. Cada planta y cada árbol para la medicina indígena amazónica es un doctor, un espíritu que cura algo específico o enseña determinados temas. Como en la cultura occidental, vamos al médico según la dolencia (cardiólogo, traumatólogo, etc), en la cultura amazónica se hacen retiros en los que dietan plantas específicas según lo que necesitan.
El retiro es un período durante el cual la persona se aleja del mundo que conoce, sus hábitos y comodidades, desconecta de sus rutinas, se aísla; todo ello con el propósito de renovarse, purificarse, sanarse, aprender, obtener mayor claridad.
En muchas culturas se utiliza el tiempo de retiro y en cada una se utilizan técnicas concretas: meditación, respiración, ayunos, oración, cantos, danzas. En la medicina amazónica se utiliza la ingesta de plantas, en un estado de purificación, quietud, silencio, reflexión, meditación, compromiso, respeto y conexión con todo lo que nos rodea.
Desde hace varias décadas, este proceso de curación y enseñanza se ha abierto a toda persona que desee participar, independientemente de la cultura a la que pertenezca. Sintámonos todos Bienvenidos!
Tiempo de duración: La duración depende de la búsqueda del dietador. Puede durar días, un mes, 6 meses, un año. Las dietas típicas a las que asistimos las personas que no vivimos en la selva, sino que viajamos específicamente para hacer el proceso de dieta, suelen ser de 8 a 10 días.
Quién la dirige: Una dieta suele estar a cargo de un curandero de la zona y de otras personas que lo asisten en las tareas necesarias como despejar los caminos, cargar las bolsas con alimentos y demás, buscar leña para el fuego, preparar la comida de los dietadores, asear el lugar, etc.
Dónde se duerme: Cada dietador cuenta con un espacio, reservado y aislado del resto, que le permite estar en puro contacto con la naturaleza y el espíritu de la planta que está dietando. Este lugar tiene el nombre de “tambo” o “tambito” y consta de un techo (que puede ser de chapa o de hojas de palmera trenzada como los quinchos), una cama envuelta en un mosquitero, una hamaca paraguaya y cerca suele tener un pozo que usara como baño.
Qué se puede comer: Si bien cada “maestro” da sus pautas según la planta a tomar, en la gran mayoría de casos se permite sólo la ingesta de arroz, avena, plátano verde asado (karantin) o hervido – sancochado (inguiri), a veces yuca hervida. Todo preparado sin sal, ni azúcar, ni ningún condimento, una o dos veces al día. Algunos también permiten comer pescado “sin dientes”. Y eventualmente se ayuna.
Las sobras de estos alimentos se enterrarán para evitar que sean tocados por los animales del entorno. Es una de las tantas formas de cuidar energéticamente al dietador. Las restricciones de comida traen como efecto que la persona esté muy receptiva y sensible lo que le permite entrar en contacto con el espíritu de la planta que está dietando y recibir su fuerza, curación, enseñanza y protección.
No se permite llevar: Ningún producto químico para el aseo personal. No se puede usar desodorante, perfumes, dentífrico, jabón, repelente, etc. Cualquier olor que no pertenezca al entorno natural pone en riesgo a la persona. Los insectos y animales, pueden “sentirse agredidos” por estos olores químicos y por lo tanto defenderse picando por eso no está permitido el uso de los mismos.
Tampoco es recomendable llevar cosas que distraigan como música, libros, etc. Es preferible en cambio que la persona lleve cuaderno para escribir y/o dibujar sus vivencias, aprendizajes, darse cuenta, visiones. Es una oportunidad para dejar salir todo lo que esta adentro.
Momentos que conforman la dieta: *la caminata hacia el lugar, *la purga, *las sesiones de Ayahuasca, *el retiro, *el corte de dieta y *la post-dieta.
*Caminata hacia el lugar: Lo lugares para dietar suelen estar retirados de las ciudades y se accede a ellos a través de largas caminatas. Por eso es recomendable llegar a la ciudad uno o dos días antes de comenzar la dieta, así el cuerpo se va aclimatando al calor húmedo típico de la selva y el día que comienza la dieta se puede salir a la mañana temprano. Una caminata puede durar entre 2 a 4 hs y durante la misma, se cruzan ríos, se sube selva arriba, etc. Lo mejor es llevar botas altas de goma que se compran en el mercado de la ciudad y mochilas livianas sin excedentes innecesarios.
*La purga: Todas las dietas comienzan con la ingesta de una planta emética (que produce vómito). Hay varias plantas que se utilizan para purgar, se puede tomar Tabaco, Rosa Sisa, Yawar Panga. En un proceso de profunda limpieza que puede durar varias horas, provoca una depuración a todos los niveles, expulsando del cuerpo tanto toxinas físicas como emociones, pensamientos y energías densas. La purga prepara a la persona para entrar limpio a la dieta y estimula la capacidad onírica.
*Las sesiones de Ayahuasca: Al día siguiente, se almuerza algo liviano y por la noche se participa en una ceremonia de Ayahuasca, la planta “maestra de maestras”. Las ceremonias son grupales y están dirigidas por el maestro curandero que guía la dieta.
La cantidad de sesiones de Ayahuasca durante los días del retiro varía según estima cada curandero. Algunos prefieren hacer solamente una sesión al inicio del retiro, otros realizan una al principio y otra al final para cerrar. Y otros realizan una ceremonia noche por medio para favorecer la comunicación de la persona con la planta que está dietando.
*El retiro: Después de la primera sesión de Ayahuasca, cada dietador se retira a su tambo (choza o cabaña rústica) individual. Cada día (o dos veces al día o día por medio), según la planta, bebe el remedio vegetal que preparó el curandero, especialmente para ese dietador, a base de la “planta maestra” que haya elegido. La elección se realiza con anterioridad según los requerimientos psicofísicos, momento de su proceso personal, características de la planta y efectos deseados.
El “maestro curandero” hará pequeñas visitas al dietador para ver como va su dieta, le soplará tabaco para su protección. También lo visitará la persona encargada de traer la comida.
La mayor parte del tiempo el dietador está solo, acostado en la hamaca, en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño. La soledad, el calor, los sonidos de la selva, el hambre y la alimentación baja en sodio, favorecen un estado de conciencia que intensifica el contacto con uno mismo y con la Naturaleza. Este estado propicia que las resistencias psíquicas vayan debilitándose, permitiendo una mayor entrega al proceso y facilitando el encuentro con el “maestro interior”.
Otra visita será la del espíritu de la planta que se están dietando, que se presentará en sueños, para compartir sus virtudes y traerle curación a la persona o enseñarle a curar a través de ella.
También, durante el sueño, se puede recibir el ícaro maestro o canto de la planta; con el cual se invocará a su espíritu-energía cuando sea necesario.
Se cree que mediante la dieta es posible tomar contacto con el espíritu de la planta y que su “fuerza” entra en el cuerpo y forma parte de la persona que la dieta. Algunas personas descubren sus aptitudes y empatía con ciertas plantas medicinales precisamente durante una dieta que realizan para sanar alguna dolencia o enfermedad. Es más, algunos curanderos se iniciaron en este camino mientras dietaban plantas para curarse a ellos mismos.
*Cierre o Corte de Dieta: El último día del retiro, se realiza el ritual de cierre de dieta, generalmente por la mañana. El maestro sopla con tabaco “icarado” en los puntos energéticos del dietador. La acción de “icarar” implica cantar o hacer sonidos a través de los cuales el curandero carga con intención de protección y energía curativa. Con este ritual se cierra la energía del dietador, permitiendole que la limpieza corporal y el conocimiento adquirido se fijen en su ser.
El dietador come una mezcla de limón, ajo, cebolla picada, tomate y sal. El efecto reconstituyente del sodio se siente de inmediato. Cerramos con ello la “puerta” que abrimos al iniciar la dieta. Posteriormente tomará la primera comida luego de 8 días consistente en un caldo de gallina con verduras, para regresa en general, al día siguiente a la ciudad.
Y por último, a veces le dan un baño de plantas también a modo de protección de todo el trabajo realizado.
*La post dieta: Al regresar a la ciudad donde resida, el dietador deberá continuar guardando ciertas restricciones en su alimentación, relacionadas con la planta que ha dietado, durante un período que oscilará entre dos o cuatro semanas. Respetar la post-dieta y cuidar a la planta que ahora está adentro, es tanto o mas importante que la dieta en sí misma.
Por 15 días deberá abstenerse de comer alimentos que contengan azúcar, condimentos fuertes, ají picante, carne especialmente de cerdo. Por 30 días no deberá consumir alcohol, drogas o medicamentos químicos; y se abstendrá de mantener relaciones sexuales.
Mientras más tiempo se lleven a cabo las restricciones anteriormente descritas, con mucha fuerza seguirá trabajando la planta dietada en nosotros, tanto a nivel físico como onírico y, podremos seguir fortaleciéndonos mientras nos enriquecemos de sus enseñanzas.
Transgredir estas reglas, aunque sea de forma involuntaria, se denomina “cruzar la dieta” y las implicaciones pueden ser más o menos graves, dependiendo de la planta que se ingirió y la magnitud de la trasgresión. Generalmente se manifiesta empeorando el cuadro que se pretendía curar, y puede comprender malestar físico, cefalea, nerviosismo, irritabilidad, miedo, agresividad e incluso cuadros más complicados a nivel físico, psíquico y neurológico. En estos casos se deberá efectuar una corrección lo antes posible, que puede consistir desde una asistencia por parte del curandero como baños de plantas, sopladas o “icaradas” con tabaco; hasta una purga o la repetición de la dieta.