Ceremonia

Aya-Serpiente Foto

“La belleza no esta afuera sino  en los ojos de quien la ve”

La medicina indígena utiliza plantas para curar el cuerpo y para transmitir conocimiento. La Ayahuasca, es una de ellas. Es una liana que crece en el Amazonas y es utilizada como planta de medicina por los pueblos indígenas del Amazonas. Estas plantas pueden generan una depuración (a través de vómitos, diarrea, calor, frío, etc) que tiene una importancia crucial en el proceso de curación y también en el proceso de transmisión de sabiduría. No se puede incorporar lo nuevo: salud, nuevos conocimientos, lo que uno esté buscando; si antes no se limpia el cuerpo. Al purgar se liberan las cargas físicas, emocionales, mentales y espirituales.

A la Ayahuasca la consideran una planta maestra porque, utilizada en un contexto ritual y con un guía, la planta nos enseña, nos ayuda a ampliar la conciencia, limpia los cristales y nos recuerda como mirar desde lo esencial. De esta manera sana. Las enseñanzas vienen de la auto-observación, del despertar del maestro interior y también de la información que, en el estado de conciencia ampliada, recibimos desde otros planos de conciencia que no percibimos en estado ordinario.

Los estados ampliados disminuyen las defensas y por lo tanto sacan a la luz lo que estaba guardado. Cuando lo que sale es luminoso, el viaje es una experiencia de éxtasis. Pero cuando lo que sale, son aspectos no procesados, recuerdos traumáticos, puede generar o exacerbar el sentimiento de angustia, miedo, terror, etc. Por eso es aconsejable un proceso terapéutico previo y posterior, y fundamentalmente trabajar en un contexto contenedor, guiado por una persona debidamente preparada que posibilite transformar el viaje en una experiencia enriquecedora, de auto-descubrimiento y auto-sanación.

Cuando es guiada de esta manera la ceremonia, permite a los participantes recuperar y fortalecer su propio poder personal, que le permitirá tener la suficiente fuerza para ser responsable de su proceso de sanación. El poder personal se fortalece cuando recordamos y aceptamos quienes somos y nos animamos a vivir siendo guiados por nuestro maestro interior que habita en el corazón.

La Ayahuasca, es una gran maestra enseñando el camino de la auto-aceptación. Durante la ceremonia, la persona entra en un estado de conciencia ampliada. Esta ampliación permite al testigo interior observar todo de una manera simple. Una situación o un aspecto que en la conciencia ordinaria genera resistencia, negación o cualquier otro mecanismo de defensa, en estado de conciencia ampliada simplemente es. Está ahí, frente a nuestros ojos, a los ojos del espíritu. Esta simpleza facilita enormemente el proceso de auto-aceptación, y por consiguiente de sanación. A largo plazo va dejando una huella imborrable que transforma positivamente la manera de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

Importante: La ayahuasca no genera adicción ni dependencia, ya que sus efectos psicoactivos son metabolizados en el proceso visionario. Por tal motivo no puede ser considerada una «droga». Por el contrario, en Perú, donde ya es patrimonio de su cultura, existen centros que utilizan las plantas maestras para el tratamiento de personas que padecen adicción a las drogas. La necesidad de un guía y un contexto ritual es por respeto a las leyes naturales y sobrenaturales que se movilizan durante la ceremonia.

A nivel psicológico: Para participar en una ceremonia, cada persona deberá solicitar una entrevista previa que no solo tiene el fin de evacuar las dudas que pueda tener el participante sino fundamentalmente recibir una descripción del proceso que va a atravesar. De esta manera la mente funcionará como una aliada durante el proceso, permitiendo simplemente que suceda; y no estará generando pensamientos de miedo que afectan el viaje innecesariamente. La confianza y el aquietamiento de los pensamientos favorecen el trabajo de sanación durante la ceremonia.

Testimonio: «Cuando escuche por primera vez hablar de la Ayahuasca, desde la mente sentí miedo y me resistí, pero mi corazón insistió tanto, que me deje llevar por él. Viaje a la selva amazónica peruana, a tener mi primer encuentro. Era un seminario de una semana, en la que participe de tres ceremonias de Ayahuasca. Fue tan revelador lo que viví, lo que aprendí de mi misma y lo que sané, que cuando regresé a Buenos Aires tomé la decisión de continuar. Llevo mas de 10 años eligiendo a la Ayahuasca como mi mejor medicina para mi proceso de crecimiento. “Mejor” porque todas las enseñanzas que recibí a través de ella, fueron metabolizadas por mi cuerpo y por lo tanto forman parte de mi. No son solo enseñanzas que entendí, sino enseñanzas que viví, como si el mensaje en vez de venir de afuera hacia adentro, viniera de adentro mismo, del maestro interior y de la sabiduría ancestral.

Mi manera de utilizar esta medicina y de entrar en contacto con el Espíritu de la Ayahuasca, está reforzado por el trabajo que vengo haciendo de autosanación (hacia adentro) y del contacto con guías de compasión y sabiduría. Una de las primeras lecciones que aprendí de la ayahuasca fue la de abrir mi corazón para amar tanto mis aspectos en luz como mis aspectos en sombra. Amando comprendí que hay una única fuerza que se manifiesta como luz o sombra según lo que necesito experimentar para aprender. Una lección como esta que hoy relato cómodamente sentada en mi casa, la aprendí en una de las ceremonias más intensa, profunda y transformadora que viví en la selva, cuando daba mis primeros pasos en este camino de conocimiento.

Honro y celebro esta medicina porque me enseñó a transformar el miedo en amor, a estar en paz con mi Ser, a honrar a mis padres, a perdonar y cicatrizar heridas, a integrar aspectos,  a observar sin juzgar, a dar las gracias por estar en este cuerpo, en esta Pachamama, en este momento; y tantísimas lecciones más que forman parte de mi proceso: Gracias Madre/Abuela AYAHUASCA». Inés

 COMO ELEGIR CON QUIEN TOMAR AYAHUASCA AyahuascaPlanta

Por mi experiencia y como terapeuta transpersonal, considero que es tan importante lo que sucede durante la ceremonia como la integración posterior que el participante haga de todo lo vivido en el estado de conciencia ampliada.

Durante la ceremonia, en general un curandero indígena suele tener más conocimiento y herramientas para guiar a los participantes en su viaje por el mundo de los espíritus, ya que forman parte de su cultura y por lo tanto, han adquirido estos conocimientos y experiencias en forma natural. Algunos curanderos hasta tienen linaje familiar y se han criado viendo como sus padres, tíos o abuelos preparaban sus medicinas.

Pero después de la ceremonia, no solo al día siguiente sino en los meses siguiente, un terapeuta que  halla recibido formación para utilizar la medicina indígena, puede tener mas herramientas para acompañar el proceso de integración de todo lo vivido.

Haciendo una comparación con el proceso de percepción diría: Para poder “ver” algo primero tenemos que tener un pensamiento que lo represente, sino directamente no lo vemos. Como seres humanos, todos hemos vivido esta experiencia en nuestro desarrollo evolutivo. Hay un momento en la infancia en el que solo vemos manchas borrosas (mas precisamente vemos la energía de las cosas, las personas, etc). Luego a través de la cultura vamos estructurando lo que percibimos hasta poder darle el nombre que nos enseñan y que varía en cada cultura.

Esto mismo pasa con los terapeutas que utilizan elementos de la medicina indígena y los curanderos nativos. Cada uno esta culturalmente preparado para ver determinadas cosas y otras no.  No hay uno mejor que otro, solo son diferentes.

Cada persona tiene que seguir lo que le dicte su corazón a la hora de elegir con quien tomar Ayahuasca.  Mi sugerencia es que si la persona ya está haciendo su camino de crecimiento, se conoce a sí misma y cuenta con herramientas internas para sostenerse a sí misma, entonces hacer un viaje a la selva y tomar con curanderos nativos podría ser la mejor opción.

Pero si la persona está recién comenzando un camino del despertar de su conciencia y todavía no cuenta con recursos internos, le sugeriría que primero consulte con un terapeuta de su misma cultura que le pueda hacer de puente para unir la medicina indígena  a su proceso.

Me atrevo a decir esto, porque estando en la selva, he tenido la oportunidad de ver como el mismo curandero que durante la ceremonia era capaz de crear un escudo de protección con la fuerza de su canto (herramienta muy poderosa y eficaz), al día siguiente no tenía herramientas para acompañar a un participante a integrar una experiencia traumática que había recordado en su viaje la noche anterior, simplemente por ser contenidos que desde su cultura “no existen”. No podía “ver” lo que no estaba culturalmente preparado para ver. De la misma manera que una persona que vive en una ciudad como Buenos Aires a veces no puede “ver” la energía del canto de un ícaro solo porque no está preparada culturalmente para verlo.

Por todo esto digo que para mi cada persona tiene que seguir lo que le dicte su corazón a la hora de elegir con quien tomar Ayahuasca.

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